Olas para dar y tomar

Este finde por fin subimos a Santander a pillar olitas, yo ya no aguantaba más....

El sábado estuvimos en Berria (Santoña), allí quedamos con Angel, Javi-norte, Álvaro y Susanita con su perrilla Lola.

Al principio no nos gustó mucho como estaban las olas, pocas y malas, menos mal que le dimos pena a Neptuno y dijo:

-pobres chicos, después de subir desde Madrid 400km, tendré que darles olas.

Y ya ves que nos las dió, empezó a ponerse el mar de cojones, impresionante, olas para dar y tomar, nos lo pasamos como enanos. jejeee..

Anita, osea yo surfeando una ola

Angel preparándose para pillar una olilla

Danini

Javi norte

A algunos se les olvida que surfear las olas no se hace nadando

Anita surfeando hacia atrás y al fondo Angel

Javi

Yo con Álvaro antes de meternos al mar

Y mi queridísimo Angel, la Makina de matar

Después de una jornada de olas nos toca hacer la colada, como veis al fondo de la foto, y nos toca comer un poquillo junto a Cori y Lola.

Ya veis mi casita de la playa, jaja bueno la que tiene ruedas, ojalá fuera la del fondo, viajamos como feriantes, no nos sobre ni un hueco...

Después por la tarde estuvimos haciendo una visita a unos colegas del monte, Gema y Cholo, menudos máquinas ellos solitos están rehabilitando una cabaña en Lierganes, les está quedando preciosa, ¡¡¡que envidia!!!

Más tarde también estuvimos en la casa de Sergio y María, dos amigos de Santander que también están de estreno de casita, que majos, se les veía tan felices, que casa más guapa ¡¡¡que envía otra vez!!!

Domingo Pájaro Amarillo, vinieron Valerio, Silvia,Chuchi, Ángel, Quino y más tarde Vasio con Toñi.

Las olas más grandes que en Berria y más seguidas, la playa estaba llena de surferos, más de 30.

Aprobechamos a tope porque luego en Madrid estamos en sequía, ¡¡vaya, vaya aquí no hay playa¡¡¡

Bueno chicos hasta la próxima, que seguro que será muy muy pronto, un saludo

Estoy deseando subirme a vivir al NOrte, ojálá apruebe las oposiciones....

Vasio y su mujer Toñi con Danini

Y NUESTRA COMPAÑERA INCONDICIONAL CORI, NOS SIGUE AL FIN DEL MUNDO